Un poco de historia
Bomm Ltda. nació como un proyecto universitario entre la Universidad Técnica Federico Santa María y la Universidad de Valparaíso (Facultad de Odontología) a fines de los años ochenta. En sus comienzos, la empresa se dedicaba a la fabricación de aleaciones dentales para laboratorios.
Con el tiempo, y gracias a nuevas oportunidades comerciales, Bomm Ltda. estableció relaciones con Manfredi, una reconocida empresa italiana especializada en equipamiento para laboratorios dentales. Este vínculo permitió que Bomm se adentrara en el mercado de los protésicos, ofreciendo aleaciones y equipos de alta gama.
Posteriormente, Giorgio Manfredi, uno de los dueños de Filli Manfredi, presentó a Bomm a un grupo de importantes empresas del área dental, muchas de las cuales siguen siendo representadas hoy en Chile.
Los años ochenta: el flujo analógico
En esa época, los procesos eran largos, complejos y demandaban mucha mano de obra. Cada trabajo era una verdadera pieza artesanal, realizada por técnicos con un gran sentido estético y precisión manual.
El ciclo productivo comenzaba con la llegada de las impresiones desde la clínica —habitualmente retiradas por personal del laboratorio—. Luego se procedía al ingreso y registro, seguido por la confección de los modelos en yeso, su recorte, troquelado y preparación para las siguientes etapas.
El proceso incluía el modelado en cera, el descerado y el colado en metal, utilizando diferentes aleaciones según el tipo de trabajo:
-
Incrustaciones y coronas: aleaciones de oro, plata, paladio, cobre o aluminio.
-
Prótesis fijas: aleaciones de níquel-cromo o metales preciosos con alto contenido de paladio y oro.
-
Bases metálicas: aleaciones de cromo-cobalto.
Cada etapa requería numerosos equipos y una elevada precisión. A esto se sumaba el riesgo de recibir impresiones defectuosas, repeticiones frecuentes y costos de producción altos.
El salto al flujo digital
Hoy, el flujo digital se ha integrado de forma acelerada tanto en los laboratorios como en las clínicas dentales. El cambio en los últimos 30 años ha sido radical.
En mayo de 2023, un grupo de laboratoristas dentales de Chile viajó a Curitiba, Brasil, para actualizarse en los nuevos conceptos digitales para laboratorios. La actividad fue organizada por Amanngirrbach, empresa austríaca con sede para Latinoamérica en Brasil, y el Laboratorio Calgaro, con más de 50 años de trayectoria y actualmente 100% digital.
¿Qué es un laboratorio digital?
Un laboratorio digital no se define únicamente por tener equipos CAD (escáneres) o CAM (fresadoras), sino por implementar un flujo digital completo, que conecta clínicamente el trabajo del odontólogo con la producción del laboratorio.
Este flujo permite mayor productividad, menores tiempos de trabajo, mayor control interno y mejor rentabilidad.
El proceso general incluye:
-
Recepción digital: del escaneo intraoral del dentista o digitalización de modelos analógicos.
-
Gestión digital de procesos: mediante software dental que delega tareas y tiempos.
-
Impresión 3D: elaboración de modelos en resina.
-
Diseño digital: realizado en centros especializados, con discusión colaborativa de casos complejos.
-
Fresado: de estructuras en el centro de mecanizado.
-
Terminación: aplicación de cerámica y ajustes estéticos.
-
Facturación y despacho.
-
Cobranza.
Resultados concretos del cambio
En el Laboratorio Calgaro, tras cinco años de uso del flujo digital, el 55% de los trabajos ingresan de forma digital, y esta proporción crece rápidamente.
Los dentistas han adoptado escáneres intraorales, enviando sus impresiones directamente o utilizando el servicio de Scan Service del laboratorio. Como resultado:
-
Las repeticiones han caído casi a cero.
-
La satisfacción de los clientes ha aumentado.
-
La rentabilidad del laboratorio se ha fortalecido, permitiendo proyectar nuevas inversiones.
De la artesanía a la precisión digitalr
La diferencia entre el laboratorio de los años ochenta y el actual es abismal.
Hoy, la tecnología no reemplaza la destreza humana, sino que la potencia, transformando la labor artesanal en un proceso más preciso, ágil y sostenible, preparado para el futuro de la odontología.




Compartir: